viernes, 26 de abril de 2013

La portentosa vida de José Guadalupe Posada

Libro de aportes historiográficos que amplía la visión sobre la vida del artista


** Texto del historiador e investigador Agustín Sánchez, del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas.


 Son muchos los puntos de vista imprecisos que existen sobre la vida de José Guadalupe Posada, por lo que me parece pertinente difundir los estudios sobre el artista y grabador, trabajos que documentan hechos como que en verdad murió en condiciones lamentables, víctima del alcoholismo, pero también que su producción es abundante y no sólo se dedicaba a hacer calaveras, dijo el historiador e investigador Agustín Sánchez. En el Museo Nacional de la Estampa se presentó el libro La portentosa vida de José Guadalupe Posada, de Agustín Sánchez, quien desarrolla su trabajo en el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap), con la presencia de Octavio Fernández Barrios, director de esta instancia y Lilia Prado Canchola, curadora de la institución.

El texto contiene aportes historiográficos sobre la vida del grabador, a quien este año se le rinde un homenaje por el centenario de su fallecimiento; narra la vida del grabador desde su humilde origen en Aguascalientes, su estancia en los talleres Venegas Arroyo y su trágico final. “En su época, las calaveras se imprimían sólo en el mes de noviembre, es decir, como hacemos en la actualidad que sólo en ese mes comemos pan de muerto; el resto del año se dedicaba a hacer otras cosas que iban desde impresos promocionales, hasta colaboraciones en periódicos con caricaturas, la mayoría de ellas de corte político”, refirió el investigador del Cenidiap.

Agustín Sánchez explicó que el título del libro, La portentosa vida de José Guadalupe Posada, es la paráfrasis de una novela editada en el siglo XVII, La portentosa vida de la muerte, de Joaquín Bolaños, quien narra de manera juguetona cómo podría ser la existencia de la Muerte, desde su nacimiento. El investigador del Cenidiap consideró que Posada hizo algo parecido con sus grabados de la calavera, personaje que lo ubicó en distintos contextos cotidianos, con lo cual creó un reflejo de la vida en la época que le tocó vivir, mientras que con el resto de su producción abordó temas diversos. Posada nos ofrece cada vez más datos sobre aquellos años, con su particular forma de humor y crítica, pero sobre todo, podemos dimensionar la clase de artista que era, a pesar de que en su momento nadie lo tomó en cuenta, lo cual es una verdadera lástima porque no existen entrevistas con él ni nada que nos dé una idea de cómo era su personalidad, destacó el también autor del libro Los Burrón en familia, editado por Conaculta.

“Pero también y por fortuna –señaló el historiador e investigador– cada vez aparecen más de sus grabados e impresos, que son a fin de cuentas el legado más valioso que nos dejó, pues sólo en los periódicos tenemos el dato de que fueron 70 los diarios en los que participó, además de otras muchas colaboraciones muy interesantes de trabajos promocionales para diversos productos y servicios, pues recordemos que éste es el único recurso con que contaban para hacer este tipo de trabajos”. La portentosa vida de José Guadalupe Posada, de Agustín Sánchez, es una edición de autor que se puede conseguir a través de la página de Facebook del autor; ésta es la primera obra de Ediciones Don Lupe, está acompañado de un grabado llamado Corrido: deportados al Valle Nacional, que fue publicado originalmente en 1930.

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